El hallazgo, en octubre del 2004, de cientos de cisnes muertos en el Santuario del Río Cruces –Valdivia, Chile– debido a la contaminación producida por una industria de celulosa, detonó un movimiento ciudadano que sorprende con su fuerza y diversidad de rostros y manifestaciones. En su objetivo por detener el desastre, los ciudadanos debieron enfrentar un álgido conflicto económico, político y judicial, que desbordó las instituciones ambientales y empujó la urgencia de reformarlas. Finalmente, comprendieron que su destino y el de Valdivia, “la ciudad-humedal”, está hermanado con el de los cisnes.
jueves, 10 de enero de 2008
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1 comentario:
El viernes pasado lo vi... la verdad he quedado sin palabras. Es increible ver defender lo indefendible. Ojalá todos podamos verlo, realmente vale la pena...
Ing. Ambiental
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