martes, 3 de julio de 2007

El violinista y la apisonadora (Andrei Tarkovsky)

Un impecable cuento que se erige entre el trajín diario de un niño y su amigo, con la transformación física de un país golpeado por la guerra y en vías de transformación. Siguiendo los pasos simbólicos, aunque aquí mas realista... pero no menos bellos, de El Globo Rojo, esta historia hace que recorramos junto a Sasha las oníricas fugas de un niño por un país en reconstrucción, rodeado por el abuso que emergen en las calles, la amistad, las necesidades, las obligaciones, y el inocente amor casual.Sasha, un niño con un singular afinidad por el violín, usualmente fastidiado por los muchachos del barrio, conoce al operador de la aplanadora que alquitraniza la calle frente a su edificio, a partir de este inusual personaje y su poderosa maquina, nuestro protagonista comienza un amistosa relación y recorrido por el Moscú de post-guerra.A través de un breve relato, el examen de graduación de Tarkovski nos pasea por un historia bellamente fotografiada, con algunas torpezas técnicas, pero rescatando sin sobresaltos ni falseamientos la simple fantasía de un niño con la realidad implacable de su etapa.Con un nivel alto en narración tanto en lo visual como en los diálogos y situaciones de gran dureza emocional, “El Violín y la Apisonadora” muestra por un lado; dos mundos pequeños y despreciados, el mundo del obrero y el del artista ridiculizado. Quizá valla muy lejos, pero la unión de estos personajes opuestos es de una hermandad implícita, una invocación a un paternidad desconocida. Recordemos que nunca vemos al padre de Sasha, quizá murió en la guerra o es soldado, lo importante es la necesidad de un protector, un amigo, un guía, un compañero de vivencias que siempre este ahí, aun cuando no comprenda su música, el niño le enseñará; hablaba con autoridad Sasha, con su perfecto conocimiento de las propiedades del sonido. Como también carecía de la conciencia de las necesidades de su época, que en su acomodado departamento nunca conoció y que Sergei le enseño por medio de la justa dureza que solo un padre-amigo puede ofrecer. La tensión familiar se siente en el aire. Aun así la imagen materna es respetada… ya que podría haberse fugado. ¿Por que la madre de Sasha no lo acompaña a su examen de violín?

Por otro lado; Muchos de los niños de post-guerra perdieron sus padres, sienten envidia de la afinidad fraternal y el talento artístico del pequeño burgués. “Solo eres bueno con el violín” –grita el rudo líder de la pandilla, cuando Sasha disfruta de su momento de liderazgo sobre la apisonadora. Se demuele lo viejo, se levanta la modernidad, el país se reconstruye y los duros sobreviven, Sasha no puede salir al cine con su amigo, pero puede fantasear con la cotidianeidad.Finalmente me queda dando vueltas; El hombre que sin mucha desgana y con naturalidad esperaba a su pequeño amigo cerca del cine, decide al fin darle la oportunidad a la colega de trabajo que lo persigue desde el comienzo. ¿Que hay en esta constate negación de heterosexualidad por parte de Sergei? Dos mujeres en esta historia de alguna u otra forma están entre la relación de Sasha y Sergei; el obrero y el artista.¿Una alegoría de matriarcal gobierno que desea ver separados estos irreconciliables mundos? Quizá exagero, en fin. Un film bello, con ritmo y con muchos cuestionamientos interesantes a partir de lo simple y lo detallado.




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