La película es un largo homenaje al género cinematrográfico. En un largo flashback narra la historia de un respetado director de cine (Salvatore, interpretado por Jacques Perrin) que vuelve a su antiguo pueblo siciliano para acudir al funeral de su viejo amigo Alfredo (interpretado por Phillipe Noiret), el antiguo proyeccionista del cine Nuovo Cinema Paradiso y también artífice de su pasión por el cine en su infancia y juventud. La películΧa constituye un retrato sentimental de la Italia de la posguerra y una declaración de amor al cine.
Esta obra cinematográfica es la suma de tres características cruciales en la elaboración de una película: está dotada de una historia minuciosa, que trae consigo un análisis profundo, y estos dos factores están expresados con amplia versatilidad técnica en la realización.
El director italiano muestra en esta película la historia de Totó (cuyo nombre real es Salvatore), un personaje que tiene un amigo bastante cercano y mayor (Alfredo), de quien aprende –gracias a su extremo ahínco- las técnicas de proyección de películas.
“Totó”, como prefiere ser llamado el protagonista, tiene problemas económicos en su niñez porque su padre se ha ido a la guerra, por lo que debe tocar las campanas en la iglesia del pueblo (la historia se desarrolla en un pueblo de Sicilia; en 1954 coincide con su adolescencia). Como el sacerdote para quien trabaja es el dueño de “Cinema Paradiso”, el teatro donde los ciudadanos asisten para ver las noticias y películas, Totó se acerca a Alfredo, quien cede ante su insistencia en el aprendizaje de las técniΨcas de proyección.
Con el paso de los años, Totó perfecciona sus conocimientos, aplicándolos cuando debe reemplazar a Alfredo después que éste sufre un accidente ocurrido por una manipulación inadecuada de las cintas en una proyección, y que da lugar a la reconstrucción del teatro. Mientras esto sucede, Totó crece y vive su primera experiencia de amor. Después de muchos años, contrariando el consejo de Alfredo, pero forzado a asistir a su funeral, Totó vuelve al pueblo, donde recuerda su infancia y juventud, acompañado de la nostalgia que despiertan ciertas cosas que su madre y Alfredo guardaron para él.
La cinta tiene una historia conmovedora, que se apoya fuertemente en un formidable manejo de la fotografía y sonido. Además, es un homenaje al cine antiguo (pues hay decenas de referencias en imágenes y diálogos, desde Jean Renoir hasta Charles Chaplin), al cariño por el cine, a su historia y técnicas… pero ante todo, es una reflexión sobre la fuerza de voluntad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario