sábado, 17 de noviembre de 2007

Acratas, expropiadores del Rio de la Plata (Virginia Martinez)


Anarquistas fueron muchos de los inmigrantes que arribaron a las costas del Río de la Plata a comienzos del siglo XX. Anarquistas fueron aquellos que lucharon por ideales libertarios, en contra de un estado elitista y represor. Un documental emotivo, pedagógico, e ilustrativo sobre una época, lejana en años a la actual, pero no en conflictividad social. Una obra compacta, inteligente y atractiva, que se enmarca dentro de las buenas producciones rioplatenses, que exentas de apoyos económicos enorgullecen en su digno luchar contra la escasa distribución comercial que se les presta.

Durruti, Anarquista (Jean Luis Comolli) 1997.


Escenificación de diversos episodios de la vida del mítico militante anarquista Buenaventura Durruti, muerto durante la defensa de Madrid en las postrimerías de la Guerra Civil. La recreación ha sido llevada a cabo por los actores de la Compañía de teatro Els Joglars. En combinación con documentos audiovisuales de la época, y alternándolo con grabaciones de Chicho Sánchez Ferlosio, retratan las peripecias de un hombre cuya vida, según el periodista y escritor soviético Ilia Ehrenvurg, sería imposible de narrar porque se parece demasiado a una novela de aventuras.

miércoles, 31 de octubre de 2007

La fuga de segovia (Imanol Uribe)


A 30 años de: "La fuga de Segovia" La memoria de la Transición guarda tesoros que un día fueron noticia, más tarde película, y que finalmente han quedado perdidos en el olvido. Una historia llena de esperanza que terminó en tragedia: La fuga de Segovia.


Segovia, 30 años desde la evasión que dio impulso renovado a la amnistía.


Libros, canciones, una película y la historia de este país relatada entre generaciones siguen manteniendo en la memoria colectiva aquella fuga masiva de prisioneros políticos, en su mayoría vascos, que en 1976 escaparían de la prisión de Segovia. La reivindicación de la amnistía obtuvo con ello un nuevo soplo de aire.


Se dice que la primera tentativa de fuga existe desde que se construyera la primera cárcel, ya que el primer derecho del prisionero, y por lo tanto deber, es el de situarse fuera de las paredes que le coartan la libertad. Euskal Herria, al igual que otros muchos países, ha visto nacer a miles de militantes políticos que, como a día de hoy, se han visto abocados a desarrollar su militancia bajo las rejas de las prisiones españolas y francesas. Y a la postre, también a intentar evadirse de ellas, aunque muy pocos han sido los intentos que han prosperado. De entre éstos, la fuga que 29 prisioneros, 25 ellos militantes de ETA, realizaron de la cárcel de Segovia el 5 de abril de 1976 es sin duda alguna la que se mantiene más vida en la memoria colectiva de Euskal Herria junto a la del penal de Ezkaba en 1938.


«Fugarnos era una obligación, un compromiso con Euskadi», señala Bixente Serrano Izko ­uno de los evadidos­ en el prólogo del libro que Angel Amigo ­también otro de los fugados­ escribiera meses más tarde narrando la histórica evasión. Tres decenios después, Serrano Izko señala a GARA que las infructuosas fugas de Segovia «se situaban dentro de la lucha política que llevábamos a cabo como militantes políticos, y más aún con el objetivo de impulsar y reforzar el movimiento popular existente entonces en pro de la amnistía».

«El lobo» frustra el plan .
Un año antes, en 1975, caían en manos de la Policía Armada española los planos y las fotografías del acantarillado de la penal de Segovia. Se iba así al traste así el primer intento de fuga, cuando todo ya estaba listo. Esta vez, también, la inexorable ayuda del infiltrado Mikel Lejarza, «El Lobo» fue decisiva para desentrañar y llevar al traste los planes de los presos vascos.
Así lo recuerda Mikel Laskurain, uno de los cinco encarcelados que consiguieron cruzar finalmente el río Bidasoa y que participó también en la primera intentona. No duda en señalar que aquellos fueron momentos «muy duros», pero a la vez «muy ilusionantes, porque esperábamos salir libres, salir para continuar luchando».


Bixente Serrano Izko aún mantiene intacto en su memoria uno de los «pasajes más importantes e impresionantes» de su vida. Acto seguido de quedar al descubierto los planes de evasión de 1975 comenzaron los preparativos para la siguiente. A pesar de que los responsables de la cárcel segoviana descubrieron todo el plan, incluido el alcantarillado por el que pre- veían salir, los prisioneros vascos optaron por continuar con los planes iniciales. Pero esta vez la excavación del túnel la realizarían en las letrinas en vez de en las duchas.


Teniendo en cuenta que el primer fracaso fue derivado de la caída del comando exterior, en esta ocasión los únicos conocedores de los planes serían los propios presos. Además, a diferencia de la anterior, esta intentona la planearon sólo entre los militantes de ETA (pm). La arquitectura de la propia cárcel de Segovia y el hecho de que en 1975 llevaron a cabo unas obras en su interior propiciarían las condiciones favorables para el éxito de la fuga de la prisión.


El Gobierno español aún franquista alardeaba de que, tras el fallido intento de fuga de 1975, Segovia era «una prisión anti-fuga» en la que, además, el régimen interno estaba catalogado como de primer grado. Pero la tenacidad, la organización, la disciplina y la imaginación de los prisioneros vascos llevaría a que 29 presos ­la mayoría de ellos de ETA (pm), algunos de ETA (m) y otros catalanes del Movimiento Ibérico de Liberación, como el único fallecido en la contienda, Oriol Solé Sugranyes­ se fugaran el lunes 5 de abril de 1976 de la prisión de Segovia.


Linternas fabricadas a base de rollos de papel higiénico, la continuada extracción de tierra que iba a parar a la cocina, turnos de vigilancia ininterrumpidos también durante las noches, partidos a pala y simu- lados arreglos de mobiliario para que no detectaran los ruidos provenientes de la excavación, o la colocación de una tapadera falsa de 40 kilos en el comienzo del túnel, fueron algunos de los necesarios trabajos previos al día de la fuga.


Muere Oriol Sole Sugranyes .
Un camión encargado de transportar madera desde Segovia a Aurizberri (Nafarroa) sería el medio en el que se trasladaron los 29 presos, junto a los cuatro miembros del comando exterior. En la localidad navarra, en cambio, la espera se prolongó durante una hora ante la ausencia del mugalari. Este no acudiría por una confusión, pero los 33 militantes decidirían asumir ellos mismos el objetivo de pasar la muga y llegar a Urepel.


Iñaki Garmendia, otro de los fugados de Segovia, recuerda que con sus 20 años vivió aquello con «mucha ilusión». «Sabíamos que, con la muerte de Franco y con todo el movimiento que había en Euskal Herria, la amnistía podría llegar pronto. Y la acción había que realizarla, para salir antes de allí y a su vez porque considerábamos que aquello iba a suponer un importante empuje a la lucha por la amnistía. Y así fue», señala Garmendia.


Recuerda que en el interior del camión, después de más de una hora de espera, llegaron incluso a votar entre las dos posibilidades que presentaban: regresar hacia Iruñea o ir a través del monte hasta la muga.


Fueron pocos los que optaron por regresar hacia Iruñea y esperar a una segunda cita para el paso del río Bidasoa. A escasos veinte minutos de emprender el camino a través del monte, un destello los paralizó; las metralletas de la Guardia Civil empezaron enseguida a silbar y la nueva huida no se hizo esperar. A oscuras, entre una densa niebla y en medio de ráfagas de disparos, los fugados se dividieron en diversos grupos. Pocos volverían a encontrarse de nuevo. Para al amanecer ya eran 22 los arrestados por la Guardia Civil y la Policía Armada. Incluso los «boinas verdes» del Ejército acudirían al cerco policial de Burguete.


Miren Amilibia, con tan sólo 22 años, fue la única militante del comando exterior que logró zafarse del cerco policial para, al cabo de veinte días, llegar a Ipar Euskal Herria junto a otros cuatro presos fugados. Sus tres compañeros de comando no corrieron la misma suerte y fueron arrestados. A diferencia de los fugados, a los que se trasladaría directamente a la cárcel tras su paso por el cuartel de Auritz, los tres miembros del comando exterior fueron conducidos a dependencias policiales, donde fueron torturados con técnicas modernas, hasta entonces no conocidas, según señalaba «Punto y Hora».


«Para nosotros era importante demostrar que era posible que el sistema se podía resquebrajar y a través, precisamente, de uno de los instrumentos más representativos, como puede ser la cárcel. Acababa de morir Franco, pero no habían cambiado las condiciones. Y considerábamos que debíamos forzar y facilitar la salida de la gente que tenía derecho a salir», afirma Amilibia, que, después de encontrarse con Laskurain, durante la noche logró evadir el cerco policial, retrocediendo y siguiendo los postes eléctricos. En la huida, ya en las cercanías del chalet donde se cobijarían, se percataron de la presencia de otras personas: eran tres de los fugados de Segovia. Los cinco serían los únicos que lograron evadirse con éxito, dejando atrás el cuerpo sin vida de Oriol Solé, al menos tres heridos de bala y un montón de detenidos.


Amilibia, una de las dos mujeres que participaron en la fuga, coincide en que «en aquel contexto político aquella acción supuso un impulso en la lucha popular por la amnistía», que finalmente se materializaría al año siguiente, sin que los militantes vascos hayan dejado, hasta hoy día, de ocupar las cárceles del Estado español.


«Pero de algo no nos cabía duda. No nos cabía duda de que la lucha más dura, la más eficaz, la que verdaderamente había de decidir el triunfo o la derrota, era la de la calle. Y ahí estaba nuestra más consciente obligación. Volver a la calle, volver al pueblo», sentenciaba Serrano Izko en el prólogo del libro sobre la fuga de Segovia. Han pasado 30 años, pero el ejemplo y el testimonio de los fugados sigue muy vivo. -


sábado, 27 de octubre de 2007

Las Bicicletas son para el verano (Jaime Chavarri)


En el verano de 1936 estalla la guerra civil en España. En la ciudad de Madrid, la familia formada por don Luis, su esposa Dolores y sus hijos, Manolita y Luisito, comparten la cotidianidad de la guerra con la criada y los vecinos de la finca.

martes, 23 de octubre de 2007

Sacco y Vanzetti (Giuliano Montaldo)


Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, trabajadores anarquistas italianos que viven en EEUU, son culpados de un crimen que no han cometido. La verdadera razón de su condena es su ideología, vista como una amenaza por los beneficiados del capitalismo.

Videodrome (David Cronenberg)


Max Renn es un aburrido operador de la televisión por cable que un día descubre una televisión "real" llamada Videodrome. Una palpitante pesadilla de ciencia-ficción que nos muestra un mundo en el que el vídeo puede controlar y alterar la vida humana.

Vampiros en la Habana (Juan Padron)


¡Vampiros en La Habana! es el segundo largometraje animado de Juan Padron (creador de Elpidio Valdés). La película trata de una conspiración por parte de las dos bandas organizadas de vampiros ("Capa Nostra" en América y "Vampiro" en Europa) por apoderarse de la fórmula creada por Verner Amadeus que les permite resistir el sol, cada uno con sus propios intereses: El primer grupo pretende destruirla pues atenta contra su negocio de playas para vampiros, y el segundo pretende comercializarla y hacerse ricos, aún cuando la intención original del creador era distribuirla gratuitamente a todos los vampiros. En medio de esta guerra está Joseph Emmanuel ("Pepito" para los amigos), sobrino de Verner y prueba viviente de la eficacia de la fórmula: La ha tomado desde pequeño y, en consecuencia, ha crecido a la luz del sol, ignorando que él mismo es un vampiro.

Tierra y Libertad (Ken Loach)



Divididos por la guerra. Unidos por la revolución... Otoño de 1936. David, un joven comunista en paro, deja Liverpool para incorporarse a la lucha contra el fascismo al inicio de la Guerra Civil española. Ingresa en la sección Internacional de la milicia republicana en el frente de Aragón, donde conocerá a Bernard, Lawrence, Coogan, Blanca, Maite... milicianos como él procedentes de toda Europa y Estados Unidos. David resulta herido y tiene que ser hospitalizado en Barcelona. En la ciudad, comunistas y anarquistas dirimen su propia guerra interna. Dividido entre la lealtad a su partido y su amor por Blanca, David regresa al frente para luchar por la supervivencia de su sueño revolucionario.

Tiempo de Gitanos (Emir Kusturica)


Esta es la historia de Perhan, un joven gitano que sobrevive en una población miserable, protegido por su abuela y enfrentado a la dura realidad de tener que elegir entre la miseria o el delito. A través de un viaje que lo llevará de su hogar a las plazas de Roma, Perhan aprenderá lo que es el amor, la soledad y el dolor de sufrir la traición de quienes son gitanos como él. Drama familiar y social dirigido por Emir Kusturica (Underground) donde este director afinó los temas esbozados en Papá Salió en Viaje de Negocios (1985), su anterior trabajo.

Se arrienda (Alberto Fuguet)


En Se arrienda, el debut como director de cine del escritor Alberto Fuguet, asistimos a una historia sobre un artista frustrado que trata de hacer arte. Gastón Fernández (un convincente Luciano Cruz Coke) es un prometedor estudiante de música a fines de los 80, que quince años después, en el presente, en el Chile de la modernidad concertacionista, se encuentra donde mismo, en el punto de partida, sin obra, sin éxitos y sin nada que decir al mundo. Salvo decir que no tiene Isapre ni previsión ni trabajo fijo.


A Gastón Fernández de nada le ha servido pasar un puñado de años estudiando música en Nueva York. De vuelta en Chile recibe a regañadientes la asistencia paterna y es un típico personaje fuguetiano. Y esto quiere decir que se inscribe en el mundo literario de piezas como Mala onda o Las películas de mi vida, es decir, hay un protagonista desadaptado ABC1, muchas citas y guiños a la cultura pop y un ambiente urbano.


En este caso, un inagotable asfalto santiaguino que sirve de telón de fondo para un drama chileno que refleja un feroz estado de las cosas. Y a través de una excusa leve: la pequeña tragedia de un artista "cuico" que se niega a traicionar sus principicios de juventud. Principios que, por lo demás, nada tenían que ver con la política dura ni la lucha contra la dictadura de Pinochet. Más bien, con el hecho de ser un artista puro.


Se arrienda muestra cómo Gastón Fernández mira a una generación bajo la sombra del sistema liberal. El amigo de jornadas idealistas ahora es un éxitoso y estúpido músico que vive entre Miami y Chile (Felipe Braun). El piola gótico director de Las hormigas asesinas ahora es un director exitoso que habla con acento gringo (un excelente Nicolás Saavedra y su graciosa línea thanksgivin). Y Gastón, un díscolo en este concierto de vendidos, puede que no sea el más justo o altruista o sufrido de los chilenos para hablar del tema. Y eso es lo bueno.

Pan y rosas (Ken Loach)




Maya (Pilar Padilla) y Rosa (Elpidia Carrillo) son dos hermanas mexicanas que trabajan de limpiadoras para una gran empresa en Hollywood; hasta que conocen a Sam (Adrien Brody), un defensor de los trabajadores que despertará en ellas la fuerza para levantarse en contra de su marginal situación en pos de una mejora de su condición social. Se trata de la lucha de las clases bajas e inmigrates contra los poderes empresariales que les someten.

Opus Dei, una cruzada silenciosa (Marcela Said)


En el 2001, Marcela Said sorprendió a todos con su documental “I love Pinochet”, en el cual mostraba las impresiones de los principales partidarios del régimen de Pinochet. Ahora vuelve a sorprendernos con su nuevo documental “Opus Dei, una cruzada silenciosa”, que en 52 minutos logra resumir la esencia de una de las organizaciones más influyentes y secretas de la Iglesia Católica, cuyo pensamiento aún es un misterio.

Opus Dei es un viaje inédito al mundo del fundamentalismo cristiano, en donde la voluntad de poner "la cruz en medio del mundo" lleva la pérdida definitiva de la frontera entre el ámbito religioso y temporal. La posibilidad que un miembro del Opus Dei, heredero del "pinochetismo" haya sido candidato a la presidencia en Chile (Joaquín Lavín), lleva a los realizadores a preguntarse sobre las aspiraciones políticas e ideológicas de esta organización que se define a si misma como "el brazo armado de la iglesia católica".


El postulado público del Opus es extremadamente simple: "Santificar el trabajo, santificarse a través del trabajo, y santificar a los demás a través del trabajo bien hecho". Es tal vez en esta simplicidad donde radica su mayor fuerza. En esta sociedad perfecta, limpia, ordenada, estamentada, "de buen gusto", donde los roles están claros (sobre todo el femenino), la vida pareciera ser más fácil ¿Dónde quedan los matices y dualidades que constituyen a todo ser humano?


Desde la escuela de hotelería en donde educan la consciencia de las empleadas del hogar, hasta las grandes escuelas de comercio en donde se forman los futuros dirigentes europeos, la película revela un mecanismo eficaz de lucha y conquista del poder. De la luz a la oscuridad, de los grandes espacios a la claustrofobia de un sistema cerrado desde adentro; la imagen nos conduce de este sueño "del mejor de los mundos" a las aberraciones de una dictadura espiritual y social.
Con apenas un año después de su filmación, el documental ha sido exhibido en diversos festivales de Europa. Resultó ganador del premio Pedro Sienna del presente año, como mejor mediometraje documental.

Nueces para el amor (Alberto Lechi)


¿Puede un amor adolescente recordarse toda una vida? ¿Puede el destino guiarnos por caminos distintos a los deseados? ¿Existen las casualidades? ¿En el amor, todo es posible? Estas parecen ser las preguntas que surgen en Nueces para el amor. Corre el año 1975, en el contexto de los últimos meses del gobierno de Isabel Perón y el comienzo de la dictadura militar, Sui Generis, uno de los grupos de rock más importantes de la Argentina, da su recital de despedida. A la salida del mismo, a bordo de un tren suburbano, Alicia y Marcelo se conocen. Fuera de la admiración compartida por el dúo musical que acaba de separarse, nada parece unirlos, pero sin embargo hay entre ellos una atracción instantánea. Alicia tiene veinte años, vive sola, trabaja y estudia, quiere ser asistente social y tiene una historia militante bastante común para una joven universitaria de la época. Marcelo tiene 17 años, está terminando el colegio secundario y todo su interés está puesto en su grupo de amigos, los bailes de fin de semana, el fútbol y las chicas. Sin embargo, como si las diferencias solo sirvieran para acentuar la atracción original, Alicia y Marcelo viven un romance arrollador. Ella conocerá la frescura de un romántico adolescente. El la rectitud de una militante y con ella hará el amor por primera vez. La relación termina, Alicia siente que su "compromiso social" es más importante que sus sentimientos y que no puede darse el lujo de continuar. Pero el tiempo no borrará este hermoso recuerdo y el destino los volverá a cruzar en distintas oportunidades, con experiencias de vida muy diferentes y en momentos muy especiales para cada uno de ellos. Nueces para el amor es una historia de amor. También es una historia de este último cuarto de siglo lleno de encuentros y desencuentros que vienen de un pasado aún oscuro, de tenues esperanzas y profundas heridas, de pasiones y desengaños descontrolados. En síntesis es una historia profundamente humana.

Los niños de septiembre (Sergio Marras)

En menos de media hora, este documental de Sergio Marras pasa lista no sólo a la figura de Salvador Allende como político, sino también a las percepciones de quienes crecieron en el Chile posterior, a través de relatos. El archivo de imágenes del ex-presidente exhibido en el documental es impresionante y -como dice su carátula- uno de los más completos que se haya mostrado en el país.
Fuente: www.hommodolars.cl

Memoria, Dignidad y Lucha (La Plataforma)


El rey y jefe de estado Juan Carlos I fue nombrado y educado por la dictadura de Franco.Cuando en la televisión nos dan lecciones de memoria histórica, omiten que la "transición" no fue más que una manera de fortalecer el modelo económico capitalista. Sin resistencia social allanamos el camino para los negocios, pensaron con acierto. Sin movimiento obrero combativo habrá más beneficios para nuestros bolsillos empresariales, celebraron. Hicieron un franquismo sin Franco y lo presentaron como "la llegada de la democracia". Aplastaron la conciencia de clase y la memoria de los luchadores, con sutileza eso sí, para que el triunfo del capital fuera asumido como el triunfo del pueblo. Y se emborracharon en sus propios aplausos.La llegada de la democracia es la historia que escribieron los dueños del dinero y sus centinelas fascistas. Ahora nosotros, los esclavos en rebeldía, vamos a reescribir la historia, romper la realidad impuesta. Arrojar luz revolucionaria sobre la oscuridad franquista con la coherencia de los que ni olvidan ni perdonan.La memoria, la dignidad y la lucha,continuan. ©2006 La Plataforma

CSO Escuela Taller (La Plataforma)


Privatización del suelo, privatización de la vivienda, privatización de la vida social, privatización de las personas...Cuando la lógica de las calculadoras empresariales se impone, hay jóvenes y no tan jóvenes que deciden inventar formas de resistencia y de recuperación de nuestra alegría, nuestro sentido comunitario y nuestra autonomía frente a los estamentos nobiliarios. Así, en la antigua Escuela-Taller de Alcorcón (Madrid), una cuadrilla de rebeldes ha alzado el hacha de la okupación para asestar un hermoso golpe al fundamento del sistema capitalista: la propiedad privada. ©2006 La Plataforma

Video Cronicas 2006 (La Plataforma)


La Valla de la Verguenza (La Plataforma)


Que pasen. Que pasen todos. Que salten la valla de la vergüenza, que la tumben, que la rompan en pedazos. Que vengan todos, aunque no quepamos. Que colapsen las sociedades occidentales, que cortocircuiten el sistema. Que el caos ahogue las calles, los centros comerciales, los espacios de circulación del capital. Que reine la desesperación global.A fin de cuentas, o jugamos todos o se rompe la baraja.¿Cuanto peor, mejor? No. Cuanto más justo, mejor. Cuanto más igualitario, mejor. Cuanto más solidario, mejor.Ya lo sabemos. Es muy fácil ver y hablar pero más fácil es cerrar los ojos y callar. Es mucho más fácil darle la razón a los poderosos, justificar el genocidio normalizado, defender con uñas y dientes unas migajas que cualquier día desaparecerán o que nunca podremos disfrutar porque moriremos enfermos por la comida mercantilizada y el aire intoxicado, atropellados o empotrados en las carreteras del consumo salvaje, evitablemente accidentados en el trabajo.Por qué defender nuestro precario bienestar cuando en realidad nuestras vidas valen lo mismo que las de nuestros hermanos ejecutados en las fronteras: cero.Ni muerte en las pateras, ni europeos con ceguera. ©2005 La Plataforma



Agradecimientos especiales a los compañerxs del Colectivo de Contrainformación Multimedia La Plataforma por facilitarnos este material de forma solidaria y desinteresada...



Visiten su sitio web: http://theplatform.nuevaradio.org/

La Naranja Mecanica (Stanley Kubrick)


martes, 2 de octubre de 2007

La Marcha de los Pingüinos(Luc Jacquet)


Documental francés que narra el extenso, peligroso y épico viaje anual que los pinguinos emperador hacen desde las frías aguas donde habitualmente viven hacia un punto remoto donde se aparean y ponen sus huevos. Rodado en la Antártica, en difíciles condiciones y co-producido por la National Geographic.

La Huelga (Serguei M. Eisenstein)


La huelga (1924), es la primera película de realizada por Sergei M. Eisenstein. Para la interpretación se nutrió del grupo de Teatro Obrero. Los obreros de una importante empresa de la rusa zarista están descontentos y decididos a ir a la huelga. El director de la empresa comunica sus sospechas a altos funcionarios políticos y éstos envían a sus informadores. Se producen reuniones conspirativas de los trabajadores. La tensión se dispara cuando un obrero se suicida al ser acusado injustamente de robo.

La Caida (Olivier Hirschbiegel)


Luego de la brillante interpretación televisiva de "Hitler", de Robert Carlyle, y por supuesto de mas de 80 representaciones filmicas del lider del fascismo, esta es la primera vez que un grupo de alemanes se pone al frente de un proyecto similar. En abril de 1945, hace 60 años, Adolfo Hitler pasaba los últimos días de su vida y su imperio escondido en un sótano de concreto a 15 metros de profundidad. Las batallas del frente oriental ya no ocurrían en los bosques de Rusia o en las fronteras de Polonia sino en los barrios de Berlín. El ejército soviético estaba apenas a unas cuadras de distancia de los búnkers del Führer.


Este film aleman, dirigido por Oliver Hirschbiegel, presenta los últimos 12 días en la vida de Hitler y el Tercer Reich. Por primera vez en décadas, el cine alemán se atrevió a darle rostro y voz al más vil de los hombres. La historia cinematográfica de la Segunda Guerra Mundial ha sido recordada por la narrativa de las víctimas y los vencedores. El hundimiento ofrece la versión de los verdugos.


Nunca es fàcil ponerse en la piel del lider del terror. Alec Guinness (Los últimos días de Hitler, 1973) y Anthony Hopkins (El búnker, 1981) son algunos de los actores que han aceptado colocarse el bigote ridículo y el peinado engominado que obliga la caracterización del dictador nazi. En La Caida, Bruno Ganz es un Hitler que habla alemán, el segundo luego de la interpretación de Albin Skoda en "El último acto" de George W. Pabst en 1956, y que cuya referencia le sirvió para darle a Ganz la inspiración necesaria para poder afrontar este Hitler totalmente en alemán. El timbre de voz de Hitler presenta al alemán como el idioma perfecto para dar órdenes. La fuerza del lenguaje, aun para los espectadores que no entendemos alemán, le da un realismo brutal a la película.


Antes de La Caida, Bruno Ganz trabajó con Wim Wenders en "El amigo americano" -1977- y fue el ángel Damiel en "Las alas del deseo" -1987-. Ahora Ganz borró de su rostro cualquier rastro de serafín para encarnar al seudónimo del demonio. Ian Kershaw, el biógrafo más importante de Hitler, escribió que es casi imposible hacer una mejor película sobre los días previos al suicidio del Führer. La cinta no presenta al líder aclamado por las masas, sino a un tirano senil que convoca ejércitos inexistentes para defender las últimas posiciones nazis sobre Berlín. Un anciano prematuro aquejado por la paranoia y el mal de párkinson. ¿Cómo un ser tan ordinario logró convencer a su pueblo de que el odio y la guerra eran el mejor camino de la salvación nacional?


La caida llega a todo el mundo despertando polémicas. La crítica más frecuente reitera que la película convierte a Hitler en un ente de carne y hueso. La peor de las bestias queda reducida a la mediocre condición de hijo de vecino. Sin embargo, sólo los locos neonazis pueden sentir compasión por el dictador al borde del colapso físico y mental.


¿Qué servicio se le presta a las víctimas del Holocausto al preservar el mito sobrehumano del principal responsable del genocidio? Ninguno. Adolfo Hitler era un ser humano. Su capacidad para la maldad, su habilidad para contagiar el odio y su organización industrial del genocidio no fueron producto de un ser sobrenatural o una inteligencia extraterrestre. El peor de los monstruos tenía absoluta compatibilidad genética con el resto de nosotros. El responsable directo de la muerte de millones de personas, también era capaz de mostrar dulzura frente a un grupo de niños. El mayor criminal del siglo XX era un caballero con las damas y afectuoso con su mascota canina. Al filmar una película sobre este personaje se corre el riesgo de humanizar a la bestia.


Presentar a Hitler como un miembro más de la especie es un recordatorio vergonzoso de lo que podemos ser capaces. Lo más impactante de la película no es la actuación espeluznante y perfecta de Bruno Ganz, sino el amor, la lealtad y la veneración que sentían los alemanes por el hombre que convirtió a su pueblo en una nación de verdugos y asesinos.


Desde hace 60 años, Alemania ha luchado por encarar los fantasmas de su pasado. En su libro El peso de la culpa Ian Buruma compara los esfuerzos de Japón y Alemania para enfrentar sus atrocidades durante la Segunda Guerra Mundial. Mientras Japón prefiere voltear los ojos hacia otro lado y cambiar la conversación, los alemanes han hecho un esfuerzo colectivo para asumir la responsabilidad de su vergüenza histórica. El hundimiento usa el lente de la cámara para mirar a los ojos a esta pesadilla colectiva.


Hitler se convirtió en líder de Alemania gracias al voto de sus compatriotas, pero su aferramiento al poder por 12 años fue consecuencia de la destrucción de las instituciones que permiten la existencia de la democracia. Un parlamento sólido, una oposición activa y una prensa libre hubieran mitigado su talento para propagar la muerte.


Sesenta años después de que Hitler se dio un tiro en su búnker, nos lamentamos de los desfiguros, las torpezas y las lentitudes de la democracia. Quejarse de las imperfecciones democráticas es uno de los mayores privilegios que puede tener un habitante del planeta Tierra. Las penurias de quienes se lamentan de no tener democracia alguna son sin duda mucho más dolorosas.

Iluminados por el fuego (Tristán Bauer)


"Iluminados por el fuego" narra los recuerdos de Esteban Leguizamón (Gastón Pauls), un hombre de 40 años que, en 1982, cuando te-nía sólo 18, fue llevado como soldado recluta a combatir a las Islas Malvinas. A partir del in-tento de suicidio de uno de sus ex compañeros, Esteban se su-merge en los recuerdos de esa guerra que compartió con otros dos jóvenes reclutas: Vargas, el suicida, y Juan, muerto en combate. Allí aparecen no sólo los horrores propios de la guerra y el padeci-miento del frío y del hambre, sino también las historias de amistad y compañerismo. Desde la mirada de Esteban, la película pone en evidencia la lenta y gradual inmersión de sus frágiles vidas en el co-razón de la muerte misma. A los 20 años de la guerra, Esteban de-cide volver a las islas para reencontrarse con su pasado y cerrar sus viejas heridas.

Good Bye, Lenin! (Wolfgang Becker)



Octubre de 1989 no era el mejor momento para entrar en coma si vivías en Alemania Oriental y eso es precisamente lo que le ocurre a la madre de Alex, una mujer orgullosa de sus ideas socialistas. Alex se ve envuelto en una complicada situación cuando su madre despierta de repente ocho meses después. Ninguna otra cosa podría afectar tanto a su madre como la caída del Muro de Berlín y el triunfo del capitalismo en su amada Alemania Oriental. Para salvar a su madre, Alex convierte el apartamento familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo en el que su madre vive cómodamente creyendo que nada ha cambiado. Lo que empieza como una pequeña mentira piadosa se convierte en una gran estafa cuando la hermana de Alex y algunos vecinos se encargan de mantener la farsa para que la madre de Alex siga creyendo que al final Lenin venció.

lunes, 1 de octubre de 2007

El viento que acaricia el prado (Ken Loach)


Merecida ganadora de la Palma de Oro en la ultima edición del Festival de Cannes, El viento que acaricia el prado (The Wind That Shakes the Barley, 2006) es el gran regreso del inglés Ken Loach a la temática revolucionaria, a la posibilidad de un cambio social radical en un contexto de opresión e injusticias.


Estamos en Irlanda, en 1920. La historia se centra en dos hermanos, Damien (Cillian Murphy), un joven que acaba de terminar la carrera de medicina y planea irse a Londres para completar la residencia, y Teddy (Padraic Delaney), que lidera una rama del Ejercito Republicano Irlandés (Irish Republican Army, IRA) en su lucha por la independencia contra los invasores británicos. Justo antes de partir, Damien presencia terribles actos de brutalidad por parte de las fuerzas inglesas contra los campesinos y trabajadores irlandeses, por lo que reconsidera su posición y decide unirse al IRA junto a su hermano. La violencia aumenta progresivamente cuando los atentados se empiezan a suceder y cuando la corona británica pretende socavar la rebelión a través de salvajes contraataques que tienen por blanco a la población local. Cuando finalmente se concuerda una tregua que obliga a los ingleses a abandonar el país pero somete a Irlanda a la voluntad del Rey, el pueblo irlandés se muestra dividido. A pesar de que el tratado que convalida esta independencia a medias es aprobado, amplios sectores del IRA lo rechazan, por lo que la violencia vuelve a surgir en términos de una guerra civil. Los dos hermanos que antes luchaban codo a codo ahora se ven enfrentados: uno apoyando el tratado (Teddy), y el otro negándolo (Damien). La situación colonial se transmuta en una batalla fraticida.


Como ya lo había hecho en Tierra y libertad (Land and Freedom, 1995) y La canción de Carla (Carla's Song, 1996), Loach, verdadero paladín del cine social inglés, analiza las contradicciones que las propuestas revolucionarias llevan en su ceno, tanto por las discordancias internas y la insensatez de algunas decisiones, como por la violencia excesiva y la recurrente incoherencia ideológica. El director vuelve a combinar con mano maestra un estilo semi documental, paradójicamente muy prolijo y cuidado, con un realismo y una meticulosidad admirable en todos los rubros artísticos y técnicos. A la par de una reconstrucción de época excelente y de maravillosas actuaciones, la sensación de estar presenciando conflictos sociales reales está presente durante toda la proyección. El fin de todo esto no es solo el dejar en claro eso de que los antiguos dominados se convierten fácilmente en los nuevos déspotas, sino también se busca explicitar los hilos imperiales que, ya sin la fuerza militar, intervienen y siguen dominando a través de la política y la economía irlandesa. La influencia británica no se va de un día para otro, la corona apoya la guerra civil con el fin de debilitar el país y conservar su posición hegemónica.
El viento que acaricia el prado construye un lienzo global que pinta magistralmente las distintas aristas del conflicto, tomando el tópico familiar como metáfora directa del trayecto que va desde la unión contra Inglaterra del principio hasta la guerra civil de la segunda etapa, ya expulsados los escuadrones británicos de ocupación. La lucha entre ambos hermanos se inserta dentro de una visión totalizadora que enriquece la comprensión general del período y describe con detalles las diferentes posiciones ante cada alianza y cada ruptura entre los sectores involucrados. Ken Loach se reafirma como un cineasta talentoso y único, capaz de encarar proyectos tan complejos y aparentemente inabarcables como este. Denunciando no solo los asesinatos, torturas y vejámenes perpetrados por los británicos, sino también las contradicciones y paradojas de los oprimidos, el film no evade el dolor y mira de frente al espectador comunicándole que, como decía John Lennon, “si tuvieras la suerte del irlandés, desearías estar muerto”.

El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki)




Chihiro es una niña caprichosa y testaruda de diez años que cree que el universo entero debe someterse a sus deseos. Cuando sus padres – Akio y Yugo – le dicen que tienen que cambiar de casa se pone furiosa y no hace nada para ocultar sus sentimientos. Cuando la familia se marcha, Chihiro se agarra al ramo de flores que le han regalado sus amigos como si llevara en él todos sus recuerdos. Rumbo a su nueva casa, la familia parece equivocarse de camino y de repente se encuentran al final de un misterioso callejón sin salida. Allí se yergue un enorme edificio rojo con un interminable túnel en el centro que parece una boca gigantesca.




El túnel conduce a un pueblo fantasmal donde les espera un magnífico banquete. Akio y Yugo se lanzan sobre la comida. Chihiro mira a sus padres, que siguen devorando plato tras plato, cuando de repente son transformados en cerdos. Sin querer han entrado en un mundo habitado por dioses antiguos y seres mágicos, dominado por la diabólica Yubaba, una arpía hechicera. Yubaba le explica a Chihiro que a los intrusos los transforman en animales y después los matan para comerlos. Los que consiguen escapar de este trágico destino son condenados a morir una vez que se demuestra su inutilidad.




Afortunadamente, Chihiro encuentra un aliado en forma del enigmático Haku. Para postergar su terrible destino y para sobrevivir en este extraño y peligroso mundo debe hacerse útil, debe trabajar. Chihiro sale de su pereza habitual pero a la vez debe renunciar a su humanidad, a sus recuerdos e incluso a su nombre...

martes, 25 de septiembre de 2007

La vida es bella (Roberto Benigni)


Unos años antes de que comience la Segunda Guerra Mundial, un joven llamado Guido llega a un pequeño pueblo de la Toscana italiana con la intención de abrir una librería. Allí conocerá a Dora, la prometida del fascista Ferruccio, con la que conseguirá casarse y tener un hijo. Con la llegada de la guerra los tres serán internados en una campo de concentración donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible situación que están padeciendo es tan sólo un juego.

La lista de Schindler (Steven Spielberg)


Spielberg estremeció al mundo con su desgarrador y magistral relato de las víctimas del holocausto nazi. Asombrosamente contada, "La lista de Schindler" es una poderosa y compleja narración que desarma al espectador ante la visión de una angustia casi inaguantable, no exenta de una visión esperanzadora del hombre. Su gran mérito no fue el unánime reconocimiento de la crítica, ni tan siquiera sus 7 Oscar incontestables. El gran legado, el impagable logro del inteligente realizador americano con esta impresionante película, fue su merecidísimo éxito de taquilla, fue exprimir su talento y usar su fama de director "comercial" para recordar a las generaciones que no vivieron la Segunda Guerra Mundial que tal barbaridad existió.

El pianista (Roman Polanski)


Espléndida película en la que Polanski ambienta con admirable realismo el guetto de Varsovia -una cárcel de indignidad, muerte y sufrimiento- para mostrar la barbarie nazi y la supervivencia judía con crudeza sin caer en efectismos. Consciente de que Spielberg dejó sentenciada la última palabra sobre el holocausto, el director polaco se centra en la dramática antesala de los campos de exterminio -en una primera parte formidablemente narrada-, para impulsar la película a altas cotas de interés y emoción en la desoladora y solitaria odisea de Brody, culminada con, quizá, la más bella escena de cine de todo el año 2002: la secuencia del piano ante la imponente presencia del oficial alemán.

El marido de la peluquera (Patrice Leconte)


Curiosa y envolvente película del francés Leconte, que cosechó muy buenas críticas y un considerable éxito de taquilla. Las simples y cotidianas relaciones entre un peluquero y su voluptuosa y sensual esposa centran la historia de esta pequeña joya.

El fuego y la palabra 20/10


Una historia compuesta por pequeñas historias en imagen: un baile, una obra de teatro, un partido de futbol, un helicóptero del ejército sobrevolando, una marcha de antorchas; escenas de la toma de San Cristóbal, de la tragedia de Acteal, de comunidades desplazadas, de enfrentamientos… historias “fragmentarias y aparentemente locales” en las que se evidencia “un hilo de coherencia que le da peso y drama a su presencia política mundial y le otorga legitimidad a su lucha de resistencia.”

Diarios de motocicleta (Walter Salles)


En 1952, dos jóvenes argentinos, Ernesto Guevara y Alberto Granado, emprenden un viaje por carretera para descubrir la verdadera América Latina. Ernesto es un joven estudiante de medicina de 23 años de edad, especializado en leprología. Alberto es un bioquímico de 29 años. La película sigue a ambos jóvenes en su viaje de descubrimiento de la rica y compleja topografía humana y social del continente latinoamericano. Los dos amigos dejan el familiar entorno de Buenos Aires en una desvencijada motocicleta Norton de 500 cc del año 1939, imbuidos de un romántico espíritu aventurero. La moto se avería, pero los viajeros prosiguen en autostop. Poco a poco, van tomando contacto con una Latinoamérica diferente, reflejada en las personas que encuentran en su viaje; el cambio en sus perspectivas parece encontrar reflejo en la variedad de la geografía por la que transitan. Su ruta los lleva hasta las alturas de Machu Pichu, donde las majestuosas ruinas y la extraordinaria presencia de la herencia Inca ejercen un profundo efecto sobre ambos. Al llegar a una colonia de leprosos en el corazón de la selva amazónica, los dos viajeros ya han comenzado a poner en cuestión el valor del progreso tal y como lo definen ciertos sistemas económicos, que dejan a tantos en la cuneta. Sus experiencias en la leprosería hacen que despierten en ellos los hombres en que se convertirán en el futuro y que definirán el recorrido ético y político de sus vidas.

Diario de un skin (Jacobo Rispa)


Antonio Salas -un periodista bajo seudónimo- se infiltra en los grupos neonazis de Madrid para descubrir a los asesinos de su compañero de investigación. Cuenta para ello con el apoyo de Jaime, un policía que tiempo atrás había hecho lo mismo pero sin conseguir llegar hasta la cúpula.

El Ilusionista (Neil Burger)


Cuando Eisenheim (Edward Norton) comienza a actuar con su asombroso espectáculo de ilusionista en Viena, pronto corre la voz sobre sus poderes sobrenaturales… llegando a oídos de uno de los hombres más poderosos y pragmáticos de Europa, el príncipe heredero Leopold (Rufus Sewell). Convencido de que el mago no es más que un experto impostor, Leopold asiste a uno de los espectáculos de Eisenheim. Pero cuando la bella prometida del príncipe, Sophie von Teschen (Jessica Biel), aparece, Eisenheim y Sophie se reconocen de la infancia y un amor latente revive. Con Eisenheim y Leopold luchando por el afecto de Sophie, pronto se hará evidente que ambos están dispuestos a no poner límites para reivindicar y mantener su amor. La relación clandestina continúa y el inspector de policía Uhl (Paul Giamatti) tiene como misión, por órdenes de Leopold, desenmascarar a Eisenheim, por lo que intensifica sus esfuerzos a pesar de que el mago sigue cosechando grandes éxitos entre su público. Mientras que Uhl insiste tenazmente en descubrir los trucos de este hombre, Eisenheim prepara su número más ambicioso.

Diamante de Sangre (Edward Zwick)


Con el caos y la guerra civil que en los años 90 envolvió Sierra Leona como telón de fondo, "Diamante de sangre" es la historia de Danny Archer (Leonardo DiCaprio), un ex mercenario sudafricano, y Solomon Vandy (Djimon Hounsou), un pescador de Mende. Ambos hombres son africanos, pero sus historias y sus circunstancias son completamente diferentes. Sus destinos se unen en la búsqueda conjunta para recuperar un diamante rosa, poco común, que puede transformar sus vidas. Mientras se halla en prisión por contrabando, Archer se entera de que Solomon, quien fue separado de su familia y obligado a trabajar en las minas de diamantes, ha encontrado y escondido la extraordinaria piedra sin pulir. Con la ayuda de Maddy Bowen (Jennifer Connelly), una periodista americana cuyo idealismo se ve atenuado por una profunda relación con Archer, los dos hombres emprenden un viaje por territorio rebelde. La travesía, más que una búsqueda del valioso diamante, podría salvar a la familia de Solomon y dar a Archer la segunda oportunidad que creía que nunca tendría.

BOWLING FOR COLUMBINE (Michael Moore)


¿Por qué 11.000 personas mueren cada año en Estados Unidos víctimas de las armas de fuego? ¿Es tan diferente Estados Unidos de otros países? ¿En qué se diferencia de otros? ¿Por qué Estados Unidos se ha convertido en autor y víctima de tanta violencia? "Bowling for Columbine" es una obra vigorosa que deja una profunda huella en el público. Para los esta-dounidenses, es la condena despiadada e irónica de una cultura del miedo que ha empujado a un pueblo a armarse hasta los dientes y a perder el control. Pa-ra los demás, es una advertencia en clave humorística sobre lo que podría pa-sar en cualquier país del mundo que decidiera adoptar el Modelo Americano para crear un subproletariado numeroso y permanente que debe ser combatido por un ejército armado protegido por la Constitución.

Blow Up (Michelangelo Antonioni)


Adaptación de un cuento de Julio Cortázar que narra la historia de un fotógrafo que, tras realizar unas tomas en un parque londinense, descubre al revelarlas una forma irreconocible que resulta ser un cadáver. Una de las películas más aclamadas de Antonioni, premiada en el Festival de Cannes con la prestigiosa Palma de Oro.

Bailarina en la oscuridad (Lars Von Trier)



No es fácil reseñar Bailarina en la oscuridad, la nueva película del danés Lars Von Trier. Aunque dijéramos que él es el creador del Dogma 95 pero en este film se aleja de la austeridad de aquellas normas; que ganó la Palma de Oro en Cannes cosechando amores y odios; que el film está protagonizado por la cantante islandesa Björk; que está filmado en video digital, y que es una mezcla de melodrama y musical, estaríamos diciendo poco. Bailarina en la oscuridad es mucho más que eso. En la acumulación de diferentes elementos, en la exaltación de ciertos recursos, en la provocación que produce el tema y el tratamiento que le da su director, tal vez se encuentre parte del secreto.

Ninguna de las películas que componen la filmografía de Lars es igual a la otra. Casi podría decirse que se contraponen, como si de esta forma el realizador afirmara su postulado anterior y volviera a comenzar, a experimentar, a refundar el cine que propone. Aunque no abandona la cámara en mano, cierta crueldad morbosa y un alegato contra la pena de muerte llevado al extremo, Bailarina... está más cerca de Contra viento y marea (Breaking the Waves, 1996) que del Dogma y Los idiotas (Idioterne, 1998), su anterior film.

Si el Dogma era austeridad pura, Bailarina... es puro artificio: cientos de cámaras, varios decorados, musicales inmersos en una trama dramática (y aun trágica), muertes y mucho más. Como Bess (Emily Watson) en Contra viento y marea, la protagonista de Bailarina... es una mujer sufrida y sacrificada. Y el martirio de ambas está asociado a la idea de santidad.

Selma (Björk) es checoslovaca pero se mata trabajando en una fábrica de los Estados Unidos para salvar a su hijo. Madre soltera, pobre y casi ciega, junta centavo tras centavo para poder pagarle una operación de ojos a Gene (Vladan Kostic) que le evite la ceguera que hereditariamente padecerá. El problema es que tanto lo primero –que Selma casi no ve–, como lo segundo –que atesora dinero porque su hijo debe operarse– son dos secretos que ella tiene bien guardados. El trabajo con las máquinas de la fábrica es difícil y peligroso pero ella sabe hacerlo de memoria y pretende que su supervisor y su amiga Kathy (Catherine Deneuve) no se den cuenta de la discapacidad. La excusa para la reserva del dinero es que se lo envía su padre en su país de origen, Oldrich Novy.

Lo de su padre es un invento. Pero Novy existe. Es un bailarín de viejos musicales como los que a Selma le gusta representar en sus ratos libres (hace de María en una puesta de La novicia rebelde) y ver en el cine (es memorable la escena en que Kathy le grafica sobre la mano a Selma los movimientos de los actores de la pantalla que ella no logra distinguir). Pero, principalmente, los musicales forman parte de su imaginación.

Pequeña, inteligente, confiada y un poco ingenua, Selma comete el error de intercambiar confesiones con Bill (David Morse). Este buen policía del pueblo le alquila un trailer en el jardín de la casa que comparte con su mujer y cuida a su hijo cuando ella no está, pero tiene serios asuntos de dinero que resolver. A partir de allí se desencadena la tragedia...

Los musicales se convierten, entonces, en un mundo paralelo para Selma, una lente por donde mirar, una nueva forma de ver las cosas a través de su imaginación. Von Trier juega con las convenciones del género y a la vez crea una salida para esta mujer que no la tiene. Se pasa de la situación más dramática a las canciones, los bailarines y las coreografías. Pero en Bailarina... no hay reflectores, ni escenario, ni orquesta. Los personajes son los mismos, las locaciones también, sólo que Selma imagina a todos danzando.

En la fábrica, en las vías del tren, en el juzgado o en la cárcel, cualquier pequeño ruido despierta en Selma el sueño musical. Esto le permite crear una nueva realidad, romper con la ominosa calma de la oscuridad (la de su ceguera y la del mundo que la rodea), lograr evadirse o, quizás, quedar sumergida definitivamente. En los musicales clásicos nadie muere, todo brilla. Aquí, apenas es posible esbozar una sonrisa en medio de la angustia que genera la narración.

Kathy estará siempre de su lado, su pretendiente Jeff (Peter Stormare) la rescatará en más de una oportunidad, su hijo Gene nunca dejará de ser el motor de su vida, pero a esta altura sabemos que Selma... El alegato final es feroz, como lo es siempre en Von Trier. Pero como dice el film: "no estamos perdidos si esta no es la última canción". Enojados o atraídos por Bailarina en la oscuridad, así de extremos son los sentimientos que despierta, lo que es seguro es que la entrañable Selma (irremplazable Björk) no será fácil de olvidar. Lejos, una de las mejores películas de los últimos tiempos.

Yvonne Yolis

jueves, 20 de septiembre de 2007

Apocalypto (Mel Gibson)


Mel Gibson regresa como director con "Apocalypto", una historia situada en la turbulenta época que marcó el final de la gran civilización maya. Cuando su idílica existencia es brutalmente interrumpida por el ataque de una violenta fuerza invasora, un hombre emprende un arriesgado viaje a un mundo regido por el miedo y la opresión en el que le espera un incierto final. Debido a un giro del destino y espoleado por el amor a su esposa y su familia, emprenderá el regreso a su hogar en un desesperado esfuerzo por preservar su forma de vida.

lunes, 20 de agosto de 2007

martes, 14 de agosto de 2007

Bacilon Rbelde!!!!


Ahi para los k kieran asistir....

miércoles, 18 de julio de 2007

El cine como instrumento de colonización cultural: Disney, el western y el musical.

Saludos rebeldes y fraternos compañerxs, aqui va un articulo que nos parece bastante interesante de leer, extraido de la wea de "La Haine", esperamos lo lean y comenten...

Ponencia presentada en el V Congreso Internacional “Cultura y Desarrollo” de La Habana.

Casi desde sus orígenes, el cine se convirtió en el más eficaz vehículo de la cultura de masas (y por ende en el más poderoso instrumento de colonización cultural), solo superado, a partir de los años sesenta, por la televisión. O complementado, más que superado, puesto que la televisión vino a potenciar de forma extraordinaria, dándoles una nueva y masiva difusión, los productos cinematográficos y paracinematográficos (telefilmes, series, etc.). Es absurdo, por tanto, decir que la televisión le hace la competencia al cine: en todo caso, le hace la competencia a los cines (es decir, a las salas de proyección), pero la cinematografía como tal tiene en la televisión su mejor aliada.

Y desde sus orígenes la industria cinematográfica fue un cuasimonopolio de Estados Unidos, así como su más eficaz arma ideológica y propagandística; no es exagerado afirmar que, sobre todo en los años cincuenta y sesenta, Hollywood desempeñó un papel no menos importante que el Pentágono en la agresiva campaña imperialista estadounidense.

Para analizar el papel del cine como instrumento de colonización cultural, he elegido tres de sus vertientes más representativas (dos de ellas claramente tipificadas como “géneros”): los productos Disney, el western y el musical. La elección puede parecer un tanto arbitraria, incluso anecdótica, puesto que hay géneros mucho más explícitos desde el punto de vista de la propaganda ideológica (como el cine bélico o el policíaco); pero es precisamente su supuesta neutralidad lo que hace que estas tres ramas de la cinematografía estadounidense sean especialmente peligrosas, como intentaré mostrar a continuación.
Los productos Disney
A partir de la II Guerra Mundial, la factoría Disney inundó el mercado internacional con tres tipos de productos básicos: cortometrajes de dibujos animados, largometrajes de dibujos animados (los largometrajes con actores reales son más tardíos e inespecíficos) y cómics (desarrollados sobre todo a partir de los protagonistas de los cortometrajes).
Los cortometrajes disneyanos suelen ser meras sucesiones de gags humorísticos, y su carga ideológica es comparativamente escasa, aunque fueron decisivos para imponer a los dos grandes iconos de Disney: el ratón Mickey y el pato Donald, que se convertirían a su vez en los máximos protagonistas de los cómics de la factoría.
El análisis de las historietas de Mickey y Donald es especialmente interesante, pues en ellas alcanzan pleno desarrollo ambos personajes (apenas esbozados en los dibujos animados). En sus aventuras (a menudo bastante largas y de una cierta complejidad argumental), Mickey se perfila como el típico héroe positivo, valeroso y de conducta intachable, mientras que Donald se aproxima más al “semihéroe” de las típicas comedias cinematográficas estadounidenses, voluble y chapucero pero básicamente bueno. En su libro Cómo leer el pato Donald (1972), Ariel Dorfman y Armand Mattelart llevan a cabo un exhaustivo análisis del solapado contenido ideológico de los cómics disneyanos, y a dicho ensayo remito al lector interesado en un tema que no es posible tratar debidamente en esta breve exposición. Solo señalaré las curiosas relaciones de parentesco que se dan tanto en la familia Duck como en la familia Mouse: Donald vive con tres sobrinos (que no se sabe de quiénes son hijos), y los cuatro se relacionan de forma recurrente con el “tío Gilito”; las relaciones conyugales y paternofiliales brillan por su ausencia, y lo mismo ocurre en el caso de Mickey y sus dos sobrinos; además, tanto Donald como Mickey tienen sendas “eternas novias”, Daisy y Minnie, con las que mantienen relaciones un tanto ambiguas. ¿Impugnación de la familia convencional? Todo lo contrario: el matrimonio y la familia nuclear son la meta suprema, la culminación de toda aventura, y por tanto no pueden formar parte de la aventura misma; podríamos hablar, en este caso y en otros similares (casi todos los héroes del cómic tienen su correspondiente “eterna novia”), de mitificación por omisión.
En cuanto a los largometrajes de dibujos animados de la factoría Disney, sobre todo los de la primera época (Blancanieves, Bambi, Cenicienta, Pinocho, Peter Pan, La Bella Durmiente, etc.), han desempeñado un papel crucial en el proceso de suplantación de la cultura popular por la cultura de masas, al contribuir de forma decisiva a banalizar, edulcorar y resemantizar (es decir, ideologizar) los grandes cuentos maravillosos tradicionales y los clásicos de la literatura infantil. A primera vista, podría parecer que su carga ideológica no es muy intensa; pero no hay que olvidar que las películas de Disney van dirigidas (aunque no solo a ellos) a los niños, es decir, a un público indefenso ante los poderosos estímulos audiovisuales de estos excelentes (desde el punto de vista técnico) productos. Teniendo en cuenta, además, el extraordinario éxito de los grandes “clásicos” disneyanos, su amplísima difusión tanto en el espacio como en el tiempo, sería un grave error subvalorar la potencia indoctrinadora de sus almibarados mensajes ético-estéticos, que han grabado en las mentes de varias generaciones de niños unos patrones de belleza y bondad (y de fealdad-maldad) cuya trascendencia aún no ha sido debidamente estudiada.
El western
A primera vista, resulta sorprendente que un género tan específicamente estadounidense, tan ligado a una historia y unas condiciones exclusivamente locales, haya alcanzado en todo el mundo un éxito tan extraordinario. Bien es cierto que la mera fuerza bruta de la industria cinematográfica podría haber impuesto cualquier tema, por muy local que fuera; pero un cine sobre las hazañas de los boy scouts o de los jugadores de rugby, pongamos por caso, no habría tenido la misma aceptación masiva que el western.
La explicación profunda del éxito sin precedentes de este género hay que buscarla en el hecho de que la sistemática campaña de expolio y exterminio conocida como “la conquista del Oeste” ha sido la última gran “epopeya” de la “raza blanca” contra otras etnias y de la cultura occidental contra otras culturas (la actual “cruzada contra el terrorismo islámico” no ha terminado, por lo que todavía no es materia épica, y esperemos que nunca llegue a serlo). La explicación está, en última instancia, en el racismo y la xenofobia de una sociedad brutal, íntimamente orgullosa de su larga tradición de atropellos y masacres.
Con el tiempo, el western evolucionó desde las consabidas cintas de “indios y vaqueros”, burdamente maniqueas y solo aptas para niños y descerebrados, hacia relatos más centrados en la épica del héroe solitario y autosuficiente, eficaz expresión del mito estadounidense del self-made man; e incluso daría lugar a derivaciones tan curiosas e interesantes como el “spaghetti western”, cuya peculiar retórica hiperbólica (y a menudo autoirónica) merecería un estudio aparte. Pero, en conjunto, el western es sin duda el género cinematográfico que de forma más grosera (y a la vez más eficaz) ha proclamado la “superioridad” de la “raza blanca” y de la cultura occidental. Toda la propaganda nazi y fascista de los años treinta se convierte en un juego de niños ante esta gigantesca maniobra de colonización cultural e idiotización de las masas.
El musical
Este género en apariencia tan amable e inofensivo como los dibujos animados, y a menudo ensalzado incluso por la crítica “de izquierdas” (revistas tan prestigiosas como la española Film Ideal o la francesa Cahiers de Cinéma rindieron en su día delirantes homenajes al musical estadounidense), ha sido probablemente el que más ha contribuido a imponer en todo el mundo los nefastos patrones ético-estéticos (los “valores”, en última instancia) tardooccidentales (no olvidemos que la cultura de masas estadounidense no es más que la degradación de la cultura occidental, la apoteosis de su banalización y decadencia).
El musical es, desde el punto de vista temático, una variante de la comedia romántica, y como tal nos propone, ante todo, unos estrictos modelos de conducta masculinos y femeninos, unos protocolos de cortejo igualmente rígidos y, en última instancia, una idealización extrema del amor convencional (que no en vano es el mito nuclear de nuestra cultura). Pero su peculiar naturaleza artística, su condición de “gran espectáculo”, su eficaz utilización de los recursos estéticos y retóricos de la música y la danza, convierten al musical en la máxima expresión del glamour, la elegancia y la alegría de vivir.
Es interesante intentar ver un musical con ojos de niño o de espectador ingenuo, no familiarizado con las convenciones del género. Un hombre y una mujer están conversando normalmente y, de pronto, sin previo aviso y sin mediar provocación alguna, él empieza a cantar. ¿Un ataque de locura transitoria? De ser así, la locura es contagiosa, pues ella, en vez de llamar a un médico, se pone a cantar también, y a los pocos segundos, arrastrados por su delirio melódico, el hombre y la mujer están bailando claqué... Los críticos culturales solemos buscar los mensajes ocultos tras la literalidad de determinados mensajes aparentemente simples, pero deberíamos realizar también el ejercicio recíproco: analizar la literalidad de ciertos mensajes “poéticos”. En este sentido, no deberíamos pasar por alto el nivel puramente denotativo de ciertas metáforas y metonimias típicas del cine, la publicidad y otras formas de seducción-indoctrinación. En las sociedades occidentales, gritar de felicidad y dar saltos de alegría son manifestaciones poco comunes entre los adultos; pero no en vano las alusiones verbales a estos impulsos reprimidos (su enunciación sustitutoria) se han convertido en frases hechas, y el musical se limita a sublimarlas artísticamente, puesto que cantar y bailar no es más que gritar y saltar de forma articulada. Si tenemos en cuenta, además, la relación de la danza con el cortejo y con la sexualidad misma, no es difícil ver en el musical la expresión más clara y desaforada de la mitología amorosa (es decir, de la ideología) occidental. Recuerdo una discusión que tuve hace muchos años con un conocido crítico de cine comunista sobre Cantando bajo la lluvia (una auténtica obra maestra desde el punto de vista artístico, qué duda cabe). “No me negarás que es una de esas películas que ayudan a vivir”, me dijo en un momento dado, a lo que repliqué: “En efecto, y precisamente en eso estriba su peligro: ayuda a reconciliarse con una forma de vida inaceptable”.
Corbatas, tacones y hamburguesas
Desgraciadamente, la fascinación de la crítica de izquierdas por el musical estadounidense no es un fenómeno aislado. Sin ir más lejos, resulta paradójico (y preocupante) que en el más antiimperialista de los países y en el marco de un congreso sobre la diversidad cultural, disten de ser infrecuentes los signos de sometimiento a los patrones occidentales.
Si el traje de chaqueta (esa atrófica chaqueta que no en vano se denomina “americana”), uniforme oficial del macho dominante que lo distingue tanto de la clase oprimida (los obreros) como del género oprimido (las mujeres), es absurdo en todas partes, lo es doblemente en Cuba, y el hecho de que esté desplazando a la tradicional, elegante y funcional guayabera en los actos oficiales, es una señal de decadencia estética cuya importancia (nulla aesthetica sine ethica) no habría que subvalorar. ¿Y qué decir de la falocrática corbata, ese ridículo nudo corredizo de seda, a la vez signo de poder y de sometimiento, que en Occidente sigue siendo de uso obligatorio en muchos lugares y circunstancias?
¿Y qué decir de los zapatos de tacón (a cuyo éxito tanto han contribuido las divas de Hollywood)? No solo son obviamente inadecuados para caminar (y ya no digamos para correr), sino que, por si fuera poco, los traumatólogos llevan décadas denunciando los graves daños para los pies, e incluso para la columna vertebral, que acarrea su uso. Y, por otra parte, ¿cuál se supone que es su función? ¿Hacer más “atractiva” a la mujer que los lleva? Pero ¿quién puede encontrar atractiva a una mujer que lleva en los pies unos instrumentos de tortura que limitan su movilidad y dañan su salud? Solo un enfermo, obviamente, un machito baboso que se excita con la estética del dolor y la sumisión. La próxima vez, compañeras, que vayáis a calzaros unos zapatos de tacón, preguntaos qué pretendéis con ello. Si vuestra intención es excitar a los sadomasoquistas, y os parece, además, que el logro de tan alto objetivo merece la inmolación de vuestros metatarsianos y vuestras vértebras, adelante; pero si vuestra finalidad es otra (por ejemplo, que os consideren personas y no objetos), estáis adoptando una estrategia claramente equivocada.
Pero tal vez el más nefasto de los hábitos cotidianos impuestos por la cultura estadounidense (aunque no solo por ella, sino por los países ricos en general) sea el carnivorismo. Las hamburgueserías (y a ello ha contribuido el cine de forma muy especial) se han convertido, en todo Occidente (y en parte de Oriente), en importantes lugares de encuentro de los adolescentes, tan emblemáticos como las discotecas o los grandes centros comerciales. Y la disparatada idea de que “comer bien es comer carne” ha calado profundamente en casi todo el mundo, incluida Cuba, donde el consumo de cerdo está alcanzando niveles preocupantes (la última Feria del Libro de La Habana, sin ir más lejos, estaba llena de puestos ambulantes donde se vendían esas grasientas seudohamburguesas porcinas que hacen las delicias –y las barriguitas-- de tantos cubanos). El carnivorismo (y en especial el cerdivorismo) es nefasto desde el punto de vista dietético, económico y ecológico, y la revolucionaria Cuba debería abordar el tema con la seriedad que merece.
La defensa de la diversidad cultural bien entendida empieza por uno mismo, por una misma, y quienes nos oponemos a la dominación imperialista deberíamos ser más críticos con nuestras propias costumbres. Tendemos a considerar naturales nuestros hábitos cotidianos (dietéticos, indumentarios, amorosos), y a menudo no solo no son tan naturales, sino que en realidad ni siquiera son nuestros. En estos momentos, para Cuba, como para muchos otros países de todo el mundo, la mayor amenaza imperialista no está en el Pentágono, sino en
Hollywood y en McDonald’s.

miércoles, 11 de julio de 2007

Atención!!!

Hola Compañerxs les escribimos para invitarlxs a ser parte de la VideoBiblioteca Jacqueline Drouilly, este proyecto politico-cultural fue bautizado con este nombre en Honor a nuestra compañera estudiante de Trabajo Social de la U. de Chile que fue asesinada el 30 de octubre de 1974 estando embarazada, a manos de la DINA bajo la dictadura militar.
La VideoBiblioteca es autogestionada asi que siempre esta recibiendo material ya sean libros, DVD, VHS etc, porque la construimos entre todxs...
La invitación esta hecha... Y ahora que se vienen las vacaciones de invierno, no es malo leer un buen libro o ver una pelicula con contenido... Nos despedimos Fraternalmente.
P.D: Para ver el afiche más grande pincha sobre el.

jueves, 5 de julio de 2007

El Camello que Llora (Luigi Falorni y Byambasuren Davaa)

Narra las aventuras de una familia de nómadas en el desierto de Gobi (Mongolia) que tienen que afrontar una crisis cuando una camella re-chaza a su recién nacido después de un parto difícil. Sin su leche materna, el pequeño came-llo no sobrevivirá así que, conforme a un antiguo ritual, llaman a un músico vecino de un pueblo remoto para realizar un ritual que con-siga que la madre se haga cargo de su cría. Además de volver a unir a la madre con su recién nacido, la leyenda del peculiar ritual dice que éste tiene como efecto secundario hacer que la madre llore.

Con Animo de Lucro (Joan Planas)


“Con ánimo de lucro” es un documental que habla sobre la pobreza del tercer y el primer mundo, analizando las dos sociedades desde las ONG, la televisión, la educación, los políticos y la religión, poniendo en duda la aplicación de los 8 objetivos del milenio y proponiendo una solución.
“Con ánimo de lucro” no pretende dañar a ninguna persona ni medio, solo mostrar los errores que se cometen para reflexionar como solucionarlos.
“Con ánimo de lucro” te hará reflexionar sobre tu actitud, y la importancia de cambio que un solo individuo puede poseer.
El documental se filmó en dos partes: En Nicaragua entre finales de Enero y principios de Febrero, y en Barcelona a finales de Abril hasta Agosto.

La Espalda del Mundo (Javier Corcuera)

La película se compone de tres reportajes que afrontan otras tantas situaciones de degradación humana e injusticia social y política. El primer pasaje, El Niño, sigue los pasos de Guinder Rodríguez, un espabilado y encantador chaval de 11 años, que malvive con su numerosa familia en una chabola de los suburbios más pobres de Lima. De su mano se muestra el duro trabajo de los picapedreros, al que se ven abocados muchos menores de la zona, que deben hacer esfuerzos heroicos para seguir recibiendo educación escolar. El segundo fragmento, La Palabra, es un homenaje a Leyla Zana, la primera mujer kurda que llegó a ser diputada en el parlamento turco, y que lleva desde 1994 en una cárcel de Ankara, cumpliendo una condena de 15 años. El motivo: llevar a su juramento parlamentario una diadema con los colores de la bandera de Kurdistán y pronunciar, en el prohibido idioma kurdo, una frase sobre la hermandad entre su pueblo y el pueblo turco. Esta vez guían la historia sus familiares, y especialmente su marido, Mehdi Zana, que fue el primer alcalde kurdo de Diyarbarkir -la principal ciudad del Kurdistán turco- y que ahora vive autoexiliado en Suecia, tras pasar 16 años en la cárcel. Sobre él pesan todavía otras condenas por un total de más de 25 años de prisión. Finalmente, en La Vida, la cámara se adentra en el corredor de la muerte de una cárcel de Texas, para mostrar sin concesiones la deshumanización que conlleva la pena capital. Al hilo de las confesiones íntimas de Thomas Miller-El -un condenado negro, que ya ha sufrido diez fechas de ejecución y ha conocido a 120 ejecutados-, se presentan las declaraciones alucinantes, en su terrible frialdad burocrática, del alcaide, el capellán protestante y otros funcionarios de la cárcel, así como las sentidas opiniones de familiares de condenados y de alguna víctima.

miércoles, 4 de julio de 2007

¿Quieres formar parte de la VBJD?


Para tener acceso al material disponible, películas y libros, solo debes acercarte a la escuela de Trabajo Social de la UTEM, Vidaurre 1550, preguntas por alguien del CAE y te inscribes. El valor de la inscripción es de 300 pesos o una donación equivalente en dvds vírgenes, películas o libros. Luego podrás pedir un máximo de 2 películas por préstamo, se prestan por una semana, y los libros es conversable la extensión del préstamo dependiendo del libro (extension).

martes, 3 de julio de 2007

Nacido para Matar. (Stanley Kubrick)

Stanley Kubrick haciendo su visión personal de la guerra de Vietnan, a partir de dos segmentos: el férreo entrenamiento de jóvenes marines y la devastadora experiencia en el campo de batalla. Toda una perspectiva cruel y alienante, y también una crítica antibelicista a esa contienda, y por sobre todo un grandioso filme de lo mejor del cine bélico, muy superior a otras, para rescatar y ver.

Los Edukadores. (Hans Weingartner)

Jan (Daniel Brühl), Peter (Stipe Erceg) y Jule (Julia Jentsch) están en plena juventud rebelde. Les une la pasión por cambiar el estado de las cosas. Jan canaliza su ira luchando contra las injustas políticas de los ricos. Comparte los mismos ideales con su compañero de piso, Peter, aunque éste de forma más relajada. Jule, la novia de Peter, acaba mudándose al mismo piso cuando no puede llegar a final de mes con su salario de camarera. Jule no sabe que Jan y Peter son Los Edukadores, los misteriosos autores de actos creativos y no violentos con los que se dedican a avisar a los miembros del club de yates de que "sus días de abundancia están contados". Pero Jule también tiene un secreto: tuvo un accidente de coche y fue condenada a pagar una suma mensual a Hardenberg, un rico hombre de negocios. Mientras Peter está de vacaciones, Jule y Jan aprovechan para entrar en la villa de Hardenberg (Burghart Klaussner) y "educarle". Entre otras cosas, les empuja el creciente sentimiento que les une. Cuando Jan y Jule regresan a la villa la siguiente noche para recoger el teléfono celular que han dejado, Hardenberg les sorprende. No les queda más remedio que llamar a Peter para que les ayude, aunque se arriesgan a que descubra su romance secreto. El trío decide secuestrar al hombre de negocios y esconderse en la casa que un pariente tiene en las montañas. Estos jóvenes idealistas deberán enfrentarse a los valores de la generación en el poder.

Lost in Translation. (Sofia Coppola)

Bob Harris (Bill Murray) y Charlotte (Scarlett Johansson) son dos americanos en Tokio. Bob es una estrella de cine que ha venido a rodar un anuncio de whisky y Charlotte ha venido a acompañar a su marido (Giovanni Ribisi), un fotógrafo adicto al trabajo. Insomnes, Bob y Charlotte se cruzan una noche en el bar de su lujoso hotel. De este encuentro casual surge una sorprendente amistad. Charlotte y Bob vagan por Tokio, tienen divertidos encuentros con sus habitantes y acaban profesando una nueva fe en las posibilidades de la vida.

La Vida es un Milagro (Emir Kusturica)

Bosnia, 1992. Luka (Slavko Stimac), un ingeniero serbio de Belgrado, se ha instalado en un pueblo en medio de ninguna parte con su mujer cantante de ópera, Jadranka (Vesna Trivalic), y el hijo de ambos, Milos (Vuk Kostic). Luka está preparando la construcción del ferrocarril que va a transformar la región en un pa-raíso turístico. Completamente absorto en su trabajo y cegado por su optimismo natural, está sordo al cada vez más persistente rumor de la guerra. Cuando el conflicto estalla, la vida de Luka se ve alterada: su mujer, Jadranka, desaparece del brazo de un músico mientras que su hijo, Milos, es llamado al frente. Siempre optimista, Luka aguarda el regreso de su familia, pero Jadranka no vuelve. Milos es hecho prisio-nero y el ejército serbio nombra a Luka guardián de Sabaha (Natasa Solak), una joven musulmana que ha sido tomada como rehén. Al po-co tiempo, Luka se ha enamorado de Sabaha, pero la joven está desti-nada a ser intercambiada por un prisionero serbio: su hijo Milos.