
El propio Bahman afirma que los niños de esa región nacen ya con veinte años. En "Las tortugas también vuelan" se muestra el sufrimiento de un pueblo, que vive en una situación de miseria absoluta, a consecuencia tanto de sus dictatoriales gobernantes, como de la interesada intervención internacional. Se muestran las nefastas consecuencias que la guerra tiene para los pueblos. Los protagonistas de la película son niños refugiados kurdos en realidad y algunos de ellos son incluso mutilados de guerra. El chico que llega con su hermana no tiene brazos, el hijo de esta última tiene graves problemas visuales y a uno de los habitantes del poblado le falta una pierna. El director comentó que, tras el rodaje, se interesó por mejorar la salud de todos ellos. Ha conseguido que sean operados, con lo que han mejorado ostensiblemente su situación vital.
Esta película hace reflexionar al espectador sobre las injusticias que la guerra comete con las personas inocentes. Muestra la miseria absoluta que domina esa zona de la tierra y se muestra pesimista sobre el futuro, pues no parece encontrar ninguna solución posible al problema.
Bahman Ghobadi suele mostrar en sus filmaciones, lugares y personas que sufren, para así tratar de mejorar su situación al denunciarla, o por lo menos enseñarla al mundo.
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